Es una lástima que sólo haya dos verdaderas ocasiones para disfrazarse en todo el año. Después de una semana pegando, cosiendo y pintando plumas éste es el resultado:
¿La inspiración? El antifaz veneciano comprado el año pasado en una tienda de juguetes artesanales de Roma. ¿El nombre del disfraz? Halcón veneciano muerto. O un híbrido entre una avestruz y un caballero del siglo XIX, según lo vea cada uno.
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