Pero sin duda, lo más especial de estas vacaciones ha sido la inesperada nevada. Me levanté con los tejados cubiertos por un palmo de nieve, como en plena Navidad. Jamás había visto nevar durante veinticuatro horas seguidas y mucho menos en abril. Menos mal que iba preparada...
El gorro y los guantes a juego son de mi madre, de hace ya unos cuantos años; al igual que el jersey, que aunque me va como unas cuatro tallas grande queda bastante bien remangado. El pañuelo es de Oysho, los pantalones de Mango y los botines, aunque no se aprecien demasiado bien, de Stradivarius. El abrigo, que ya os enseñé antes, es de Zara.
También me veo obligada a mostraros esta foto que es, como mínimo, impactante.
Resulta que en La Granja es típica la llamada "procesión del silencio" formada sólo por costaleros, un paso que representa a Cristo en un ataúd de cristal y una saeta especialmente triste de fondo. Ver a hombres cargar con cruces que casi les doblan en tamaño, por las cuestas del pueblo y con los pies descalzos es ya de por sí impresionante, pero si es por la nieve ya alucinas. Todos esperábamos que la procesión se anulase, pero tan sólo no salió el paso y la orquesta, que se quedó dentro de la iglesia. Aunque hicieron un recorrido bastante más corto de lo normal, el hecho de atraverse a salir descalzos por la nieve ya resulta increíble.
En fin, ya mañana vuelvo a las clases y con ello a la vida cotidiana. Transporte público, exámenes, apuntes, trabajos... Pero también escribir posts, visitar todos vuestros blogs, empaparse de moda, y sobre todo, diversión, mucha diversión.