Escribo este post por empatizar con aquellas personas a las que, como a mí, se les mete en la cabeza comprar una determinada cosa, y mueven cielo y tierra las veces que haga falta hasta conseguirla. En mi caso, se trataba de unos preciosos mocasines de charol marrones de Massimo Dutti.
Aunque su excesivo brillo me echó atrás en un primer momento, al poco tiempo me di cuenta de que era justo lo que necesitaba: un zapato plano, ligeramente formal, que fuese con todo y con un toque masculino sin dejar de ser favorecedor. ¿El problema? Que medio Madrid debió pensar lo mismo que yo, porque me recorrí al menos 5 tiendas buscando los dichosos zapatos, y nada, no quedaba mi número en ninguna. Finalmente una amabilísima dependienta me los buscó por Internet, para averiguar que sólo quedaba un par en Majadahonda, lugar que me pilla un tanto lejos.
Decidí tirar la toalla y buscar algo parecido en otras tiendas, pues tampoco es que sean el colmo de la originalidad. Miré en todo tipo de marcas: Lotusse, Gloria Ortiz, Zara, H&M, Uterqüe, Antonio Parriego, Castañer... Tenían mocasines sí, pero o eran de un color horrible, o tenían el empeine tan largo que mis pies parecían barcas, o eran de ante y similares tejidos que disminuyen mucho su esperanza de vida. En realidad, era de esperar que no encontrase nada si tenía un criterio de búsqueda tan fijo. Al final, acabé comprándome el mismo modelo de zapato pero en color negro. Preciosos igualmente, pero no de aquel marrón-rojizo que tanto me había llamado la atención.
Toda esta historia os la cuento para que cuando se os meta entre ceja y ceja algún determinado artículo, no seáis tan impacientes como yo, porque resulta que los dichosos zapatos aún estaban disponibles on-line, pues Massimo Dutti acaba de estrenar las ventas por Internet hace una semana. Y un plus: te da ideas de cómo combinarlos.
Fotos: www.massimodutti.com