
Aunque su excesivo brillo me echó atrás en un primer momento, al poco tiempo me di cuenta de que era justo lo que necesitaba: un zapato plano, ligeramente formal, que fuese con todo y con un toque masculino sin dejar de ser favorecedor. ¿El problema? Que medio Madrid debió pensar lo mismo que yo, porque me recorrí al menos 5 tiendas buscando los dichosos zapatos, y nada, no quedaba mi número en ninguna. Finalmente una amabilísima dependienta me los buscó por Internet, para averiguar que sólo quedaba un par en Majadahonda, lugar que me pilla un tanto lejos.
Decidí tirar la toalla y buscar algo parecido en otras tiendas, pues tampoco es que sean el colmo de la originalidad. Miré en todo tipo de marcas: Lotusse, Gloria Ortiz, Zara, H&M, Uterqüe, Antonio Parriego, Castañer... Tenían mocasines sí, pero o eran de un color horrible, o tenían el empeine tan largo que mis pies parecían barcas, o eran de ante y similares tejidos que disminuyen mucho su esperanza de vida. En realidad, era de esperar que no encontrase nada si tenía un criterio de búsqueda tan fijo. Al final, acabé comprándome el mismo modelo de zapato pero en color negro. Preciosos igualmente, pero no de aquel marrón-rojizo que tanto me había llamado la atención.

Toda esta historia os la cuento para que cuando se os meta entre ceja y ceja algún determinado artículo, no seáis tan impacientes como yo, porque resulta que los dichosos zapatos aún estaban disponibles on-line, pues Massimo Dutti acaba de estrenar las ventas por Internet hace una semana. Y un plus: te da ideas de cómo combinarlos.
Fotos: www.massimodutti.com








Para estas épocas de temperatura indefinida, en las que por la mañana te asas y por la noche te hielas, queda la opción de un buen jersey de lana o una camiseta larga. Yo he probado de dos maneras: metido por dentro de la falda y con un cinturón de cuero, o suelto por fuera. Ambas quedan perfectas, depende de cada caso. Eso sí, hay que jugar un poco con el contraste de las telas (algo en lo que me parece que fallan las propuestas de Zara&co): si la falda es de algodón o lana, añade una camisa de raso o seda para darle un toque más estilizado. En cambio, si la falda o el vestido son de gasa, te puedes permitir tejidos más simples, como un jersey calado, como nos propuso Alberta Ferreti para su colección PV 2011.


En cuanto al color, si os queréis decantar por colores ácidos no tendréis problema en encontrar faldas en tonos salmón, verdes o amarillos, ahora que se han puesto tan de moda. Se pueden combinar con camisetas y blusas neutras, pero también pueden funcionar con colores de distintas gamas. Eso sí, yo recomiendo olvidarse de camisetas ceñidas y escoger prendas over-size para potenciar la imagen relajada y no hacer daño a la vista. Si es un vestido negro, para no parecer que vas disfrazada de viuda yo prefiero combinarlo con accesorios en cuero marrón y algo dorado. Es también una buena idea añadir un maquillaje luminoso y dejar para otro día los ojos ahumados.

Por último, a mí me encanta potenciar el lado bohemio y misterioso de las faldas largas con sombreros. Nada de sombreros de paja, mejor bombines, boinas o, por qué no, una pamela.




